martes, 12 de noviembre de 2013

INFORME EXPOSITIVO

LA REDUCCIÓN DEL USO DE DINERO EN EFECTIVO EN COLOMBIA

Quienes defienden la iniciativa proponen drástico recorte en costos de los servicios de la banca. Las operaciones que se cierran con grandes sumas de efectivo siempre han estado bajo el manto de la sospecha en Colombia. Bien sea por el origen del dinero, o porque muchas veces se pretende ocultar la transacción al fisco.

Quizás por eso iniciativas como la presentada por el presidente de Multibanca Colpatria, Santiago Perdomo, que buscan reducir el uso de dinero en efectivo en nuestra economía, comienzan a tener eco en algunos sectores que lo ven como un propósito bien encaminado. Pero en la otra cara de la moneda están quienes la consideran una idea descabellada, en la medida en que no está pensada en función del 40 por ciento de la economía colombiana, que vive en la informalidad o en las poblaciones apartadas, donde no hay bancos y donde el único medio de pago posible es el efectivo.

Las cosas que están a favor con el objetivo de tener operaciones más baratas según Santiago Perdomo, presidente de Multibanca Colpatria sería el atacar la ilegalidad, aumentar la inclusión financiera y permitir mayor acceso al crédito son los argumentos con los que el presidente de Multibanca Colpatria, Santiago Perdomo, inició su cruzada contra el uso del efectivo en Colombia y a la cual, espera, se unan otros sectores de la economía y el Gobierno.

Las armas de batalla son en esencia dos: reemplazar en un plazo máximo de seis meses los billetes de 20.000 y 50.000 pesos, bien sea cambiándolos por otros o eliminándole tres ceros al peso.

La otra, quitar de tajo el cobro del cuatro por mil para todas las operaciones financieras, excepto para retiros de grandes sumas, sobre los cuales debería, inclusive, aumentarse la tasa de ese impuesto.
Con la primera se obligaría a que ese efectivo, que se encuentra en su mayor parte en poder de la delincuencia y, en menor proporción, en el bolsillo de los colombianos, se bancarice; mientras que la otra permitiría hacer transacciones más rápidas, baratas y sin el riesgo que implica llevar efectivo.
El impuesto para retiros en efectivo no sería problema, pues, pensando en ese colombiano de a pie, se fijaría un monto exento del gravamen, el cual podría situarse en algún punto, entre uno y 5 millones de pesos.
Perdomo sostiene que nos venimos alistando para ese cambio, y la prueba está en el crecimiento del 30 y 40 por ciento que traen las transacciones electrónicas, y donde hay esa clase de transaccionalidad, ya no se necesita el efectivo, dice.

Así, los bancos entrarían a ofrecer cuentas y operaciones a precios bajos e inclusive gratis; a proveer otros canales que complementen los actuales y a hacer que estos tengan cobertura nacional.
Ya por otro lado, las cosas que estarían en contra porque es necesario pensar en los informales nos informa Fanny Kertzman, consultora privada quien es consciente de los problemas que el uso del dinero en efectivo crea para la economía, desde el punto de vista de la ilegalidad, la corrupción y el lavado. Lo entiende bien, porque esos fueron algunos de los flagelos que combatió cuando estuvo al frente de la Dian, hace más de una década.

“Uno sí relaciona el efectivo con algunas prácticas ilícitas, pero pienso en esos pequeños mineros de zonas apartadas y violentas donde solo funciona el efectivo, como Segovia, el nordeste antioqueño y Chocó, a ellos no se les puede pagar con cheque o se les debe exigir una tarjeta débito”, señaló.
Este tipo de propuestas, en su opinión, están elaboradas más desde una óptica de ciudad, de la formalidad, cuando en realidad el 40 por ciento de la economía es informal, se mueve con el efectivo y está en la legalidad.

“Son iniciativas hechas por burócratas que nunca han manejado una empresa o banqueros que nunca han trabajado en el sector real”, dice.

A esto se suman la poca presencia de la banca en regiones apartadas y los altos costos financieros, que, en su opinión, dan a entender que no existe competencia y “ahora pretenden que todo el mundo use tarjetas, tenga cuenta corriente, mientras la gente vive con un salario mínimo de 589.500 pesos”.
Los delitos mueven cada día millones, por ejemplo la ilegalidad es la que más se lucra del uso del efectivo. El narcotráfico puede mover al año unos 4,7 billones de pesos; la minería ilegal, 3,3 billones; la corrupción, 6,6 billones; en evasión y contrabando caben otros 23 billones.


En conclusión podemos darnos cuenta que este tema tiene sus pos y sus contras que es una idea planteada por grandes personajes del país que piensan en sus beneficios comunes pero no demuestran ningún interés en buscar los beneficios del país, ¡todo está arraigado a una estrategia mercantil! .

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